4.12.2012

Bibliofilia


Leía tanto, tantísimo, que para satisfacer su necesidad de masturbación cogía el libro que estaba devorando y lo cerraba en su miembro, y lo movía de arriba abajo, hasta que un chorro blanco manchaba el interior de la novela, dejando para la posteridad aquel pegote espeso que había salido de sus entrañas.